La Nueva Medicina

Conferencia dada en España por el Dr. Fermín Moriano (1995)

El Dr. Moriano fue uno de los principales discípulos del Dr. Hamer durante los primeros años del movimiento de la Nueva Medicina en España.

Buenos días a todos. Mi madre cuando conoció esta medicina me hizo un comentario: –Ahora entiendo porque hay tantas enfermedades y tanto cáncer, es porque se está perdiendo el confesionario. Por eso antes había menos-.

Parece una bobada pero cuando les explique qué es la Nueva Medicina lo van a entender mucho mejor.

Por primera vez en la historia podemos trabajar con leyes de la naturaleza. Es decir, los médicos hasta ahora veníamos trabajando con hipótesis, con axiomas no contrastados, con mucha especulación. Esto hacía que pacientes sometidos a un mismo tratamiento dieran diferentes resultados. La medicina clásica es una maraña de interpretaciones, una maraña de especulaciones pero es la única ciencia por llamarla de alguna manera que trabaja sin leyes.

La medicina entra en la Academia de Ciencias francesas a finales de 1800, es considerada ciencia pero realmente los médicos que hemos hecho medicina clásica no la hemos visto como ciencia sino como un arte especulativo y además aproximativo y de ningún modo veíamos resultados de causa-efecto.

Por primera vez en la historia, un médico alemán Ryke Geer Hamer, catedrático de medicina, especialista en medicina interna, especialista en siquiatría, especialista en radiología (aparte de eso cursó la carrera de Teología) enuncia leyes de la medicina. Hamer estudió estas especialidades con todo rigor, tres años por especialidad. Ejerció durante quince años como jefe de diversos servicios hospitalarios en varios hospitales de Alemania. En la década de los 70 llevaba ya un tiempo dándose cuenta de que la medicina era muy especulativa, que no encajaba entre las otras ciencias. Se dio cuenta que faltaba algo, que no había orden ni concierto. La muerte de un hijo suyo, que fue un hecho famoso porque fue a causa de un disparo que le dio Victor Manuel de Saboya, príncipe heredero de la casa de Saboya, fue un hecho determinante. El ya había desarrollado algo sobre la Nueva Medicina y se reprocha a sí mismo no haber tenido el coraje de sacar a su hijo de los tratamientos de la medicina clásica y tratarlo como él quería.

Es así que va encontrando enfermedad por enfermedad un denominador común de esa enfermedad. Las 100 mujeres con ese cáncer intraductal de mama izquierda tienen un mismo incidente en su vida, un mismo hecho traumático con un mismo colorido. Pero cuando analiza 100 casos de cáncer de riñón encuentra exactamente lo mismo. Cuando analiza los casos de cáncer de pulmón encuentra lo mismo: un denominador común distinto del de mama y de riñón. En principio lo que encuentra es la relación entre la siquis, es decir las vivencias de las personas y el órgano lesionado.

La sorpresa más grande que se lleva es darse cuenta que no es una relación del 90 o 95% que ya sería como para tener en cuenta sino que es del 100%. Empieza a darse cuenta que está tocando leyes de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza, como todos sabéis, dicen que este objeto se caería un millón de veces si yo lo soltara puesto que se ejerce sobre él la fuerza de la gravedad que es una ley de la naturaleza y no cabe la más remota posibilidad de que al soltarlo se quede suspendido en el aire. Pues lo que ha descubierto Hamer es de esta índole. Yo sé que parece muy duro, muy difícil de creer, imaginaros lo que puede suponer para nuestra clase médica, que por primera vez le pongan por delante cinco leyes de la naturaleza que se cumplen en el 100 por ciento de los casos.

Cuando él se da cuenta de esa relación, lógicamente piensa que el ser humano no es solamente una rodilla, no es solamente un codo, no  es solamente un pecho. La medicina clásica en su súper especialización continua, nos obliga a especializarnos cada día más. Es habitual que si a una persona le duele una rodilla va a un traumatólogo pero a su vez ese traumatólogo le deriva a un compañero que es a la vez traumatólogo pero más especialista que él en la rodilla con lo cual el traumatólogo especializado en rodilla sólo sabe de rodilla. Se está perdiendo la visión de conjunto, tratamos el cuerpo humano por piezas, por partes separadas del todo y Hamer lo que sí tiene muy claro es la unidad del ser humano. Se da cuenta que el ser humano tiene sique, cerebro y órganos. Está encontrando la relación entre sique y órgano. ¿Qué está pasando mientras tanto en el cerebro?

Así es que Hamer postula su primera ley: La Ley de Hierro del Cáncer, de “hierro” porque se cumple en el cien por ciento de los casos. Y no solamente vale para el cáncer. La ley se llama “Ley de hierro del cáncer y enfermedades similares al cáncer”. La palabra cáncer en la medicina que nosotros trabajamos ha perdido toda su fuerza y tragedia.

La primera vez que la formula, Hamer dice: todo shock síquico, altamente traumático, que nos toma por sorpresa y es vivido en aislamiento, produce una ruptura de campo electrofisiológico en un área concreta del cerebro y a partir de ese momento se lesiona el órgano que gobierna esa parte del cerebro.

Todo shock síquico, altamente traumático, hiperagudo que te pilla a contra pie, es decir inesperado, produce estos efectos. Que te pilla a contra pie y vivido en aislamiento: esto es tremendo, es importantísimo y condición sine qua non para que se produzca el cortocircuito cerebral. La persona se lo tiene que tragar. La idea por ende le está dando vuelta continuamente, lo vive en soledad, en aislamiento, no lo comunica. Mientras dura esa situación conflictiva se produce un cortocircuito a nivel cerebral y desde allí se manda un error de codificación al órgano. De este modo aparece la enfermedad en el órgano. Esta primera ley se cumple en el cien por ciento de las enfermedades excluyendo tres tipos de enfermedades: los traumatismos, los envenenamientos y las que ya se nace con ellas. Todas las demás, absolutamente todas se rigen por esta ley.

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